¿Puedo bañarme con mi reloj?
La innovación y asegurar la estanqueidad de los relojes son
dos pilares fundamentales en la relojería. Desde sus inicios ha buscado estar a
la vanguardia de las mejoras en hermeticidad y fiabilidad.
Ya en 1926 se da un paso sin parangón en el mundo relojero
gracias a la creación del primer reloj de pulsera a prueba de agua y polvo,
bautizado como Oyster. ROLEX, con su fundador Hans Wilsdorf a la
cabeza, lo consiguió con la creación de una caja sellada herméticamente que
garantizaba la protección óptima del movimiento.
Afirmar que un reloj es hermético no es lo mismo que
demostrarlo. Por lo que, en 1927, un Rolex Oyster atravesó el Canal
de la Mancha en la muñeca de la nadadora inglesa Mercedes Gleitze. La
travesía duró más de 10 horas y, una vez finalizada, el reloj seguía
funcionando perfectamente.
En 1953 se produce el lanzamiento del primer Rolex
Submariner. El reloj, equipado con el nuevo sistema patentado Twinlock,
era sumergible a 100 metros. El sistema Twinlock garantiza la hermeticidad de
la corona de cuerda enroscada gracias a dos zonas selladas: una dentro del tubo
de la corona y otra dentro de la propia corona. Más tarde, el mismo año, el
Submariner consigue la increíble profundidad de 200 metros.
Pero, ¿puedo bañarme con mi reloj?
Existe controversia y confusión cuando hablamos de
estanqueidad. Los conceptos de “Water Resistant”, “Water Proof” o “Diver Watch”
no están claros cuando hay que concretar el uso del reloj en mojado.
Por eso os proponemos una serie de claves de cara al verano
para saber si debemos bañarnos en la playa y en la piscina con nuestro reloj.
1.
No todos los relojes water resistant son
sumergibles.
Los relojes water resistant son considerados sumergibles
cuando pueden soportar una presión de 10 ATM. Si no soportan por lo menos 10
ATM son relojes impermeables o poco impermeables.
2.
Si pone “Water Resistant 50m”, ¿me puedo
sumergir hasta 50 metros?
No, no tiene nada que ver con la profundidad real de
inmersión, éste es uno de los errores más comunes. Los fabricantes realizan
pruebas de presión estática en unas condiciones controladas que es muy
improbable, por no decir imposible, que se den en la práctica, por lo que no
nos sirve.
3.
Existe una serie de reglas para saber hasta
dónde le podemos “sacar partido” a nuestro reloj:
WR 30 metros (3 BAR) = salpicaduras accidentales, lluvia.
WR 50 metros (5 BAR)= natación recreacional, pesca.
WR 100 metros (10 BAR)= natación, buceo con tubo, navegación
y deportes náuticos.
WR 150 metros (15 BAR)= buceo con escafandra y diving.
WR 200-1.000 metros (20-100 BAR)= submarinismo de
profundidad profesional.
4.
Coronas y botones mejor no tocarlos.
No abras la corona ni presiones los pulsadores mientras el
reloj esté en el agua o esté húmedo, a no ser que en el manual de tu reloj
indique expresamente que puedes hacerlo.
5.
Tengo vaho y pequeñas gotas en el cristal.
Si en el interior del cristal del reloj aparece vaho o
manchas de agua significa que ha entrado agua en tu reloj. Nunca lo intentes
secar con aire caliente, ya que acelera el proceso de oxidación. Lo ideal es
llevarlo a un relojero profesional para que abra, lo seque bien y a
continuación lo limpie, lo revise y le haga el cambio de juntas
correspondiente.
6.
Si tienes dudas, no te mojes.
En caso de duda nunca te bañes con el reloj. Consulta el
manual de uso o a un relojero profesional. Más vale mirar o preguntar que
lamentar.
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